Esta intervención oportuna no solo equilibra las fuerzas contra La Diabla, sino que refuerza la idea de que los X-Men no son solo una institución, sino también un espíritu colectivo que renace cuando más se necesita.
Con una mezcla letal de ciencia, alquimia y una inteligencia criminal desbordante, La Diabla ha llevado al límite a un equipo ya de por sí marcado por la tragedia.
El legado de Surge y la culpa de Forja
Entre las consecuencias más dolorosas que arrastra el equipo está la pérdida de Surge, una mutante que no formaba parte oficial de X-Force, pero que terminó integrándose tras una misión de alto riesgo. Su sacrificio para salvar el Nexus de Todas las Realidades frente a un enloquecido Nuklo sigue pesando como una losa en el equipo, y especialmente en Forja, su líder.
Sage, incapaz de perdonar del todo a Forge por la pérdida de Surge, abandonó el equipo… solo para volver ahora con más fuerza y visión que nunca.
X-Force renace en su momento más oscuro
Con este giro, X-Force #10 no solo ofrece acción y revelaciones a raudales, sino que marca un punto de inflexión emocional. Vemos a personajes como Coloso en un rol antagónico, lo que sugiere que los conflictos morales están lejos de terminar. También nos encontramos con la reinvención de Sage, un personaje tradicionalmente subestimado que aquí brilla con luz propia.
Y mientras Marvel anuncia eventos como Hellfire Vigil, que nos recuerda las heridas abiertas tras el fin de la Era Krakoana, este nuevo capítulo demuestra que los mutantes aún tienen historias que contar, y que cada sacrificio, cada pérdida, puede encender la chispa de algo aún más poderoso.